No vivas dando tantas explicaciones; tus amigos no las necesitan, tus enemigos no las creen y los estúpidos no las entienden.

martes, 24 de julio de 2012

Sería genial poder saltar desde un edificio y que lo único que se quiebre fuera la realidad.

lunes, 11 de junio de 2012

Aquí y ahora

Es duro vivir el presente. El pasado y el futuro siguen acosándonos. El pasado con la culpa, el futuro con sus preocupaciones. Son tantas las cosas que han pasado en nuestra vida con las que nos sentimos incómodos, que lamentamos, que nos irritan, que nos llenan de confusión o, al menos, hacia las que tenemos sentimientos ambivalentes… Y todos estos sentimientos están con frecuencia teñidos de culpabilidad. Culpabilidad que nos dice: ‘hubieras debido actuar de manera distinta de como actuaste; hubieras debido decir otra cosa que lo que dijiste’. Estos ‘hubiera debido’ mantienen nuestros sentimientos de culpabilidad sobre el pasado y nos impiden vivir plenamente en el momento presente.
Pero aún peores que nuestras culpas son nuestras preocupaciones. Las preocupaciones llenan nuestra vida de ‘¿qué pasaría si?’ : ‘¿Qué pasaría si perdiera mi trabajo?, ¿qué pasaría si mi padre muriera?, ¿qué pasaría si faltara el dinero?, ¿qué pasaría si la economía se hundiera?, ¿qué pasaría si estallara una guerra?’. Todos estos ‘si’ pueden saturar hasta tal punto nuestra mente que nos hagan ciegos para las flores del jardín y la sonrisa de los niños en la calle, o sordos a la voz agradecida de un amigo.
Los enemigos reales de nuestra vida son los ‘hubiera debido’ y los ‘si’. Ellos son los que nos tienen atados a un pasado inalterable y hacen que un futuro impredecible nos arrastre.
Pero la vida real tiene lugar aquí y ahora.
Si me darían la posibilidad de volver al pasado, haría todo tal cual lo hice, cometí errores y no lo niego, pero de no haberlos cometido, no hubiese aprendido todo lo que aprendí. No cambiaría absolutamente nada y eso me llena de orgullo. 

Aprovechando el tema, subo una foto de algo que no me arrepentiría nunca en la vida, y es haberlas conocido.

martes, 29 de mayo de 2012

Sigo recordando

"No soy aquella niña a la que ayer robaste un beso, el arco iris que alumbraba mis mañanas ha perdido su color.
Cuando se pierde la confianza de quien amas ya no hay nada no hay razón, por continuar esa novela si el guión se trata de traición.
Perdón, de que? ¡No me vas a convencer!  Por tantas noches de amargura, la soledad en mi habitación.
Me fuiste infiel, no te hagas el loco la víctima soy yo. Que me parta un rayo si te perdono adolorida en mi interior.
La misma canción y el verso, siempre me dices eso pero ya el daño está hecho."


Bueno, no será una de mis canciones preferidas y el video tampoco representa mucho aquello que me viene a la mente cuando escucho esta canción, pero ultimamente me recuerda a muchas cosas que me tocaron en esta vida. Personas que quise en algún momento, o que sigo queriendo, y que se hacen presentes en mi mente con esta canción.
"Cuando se pierde la confianza de quien amas ya no hay nada no hay razón". Cuanta razón tiene esta frase. Personalmente, creo que mi confianza se puede ganar de mil modos, con pequeños gestos, pero el hecho de perder esa confianza, puede ser automático.
Esta entrada esta dedicada, más bien a aquellas personas que no aprovecharon las oportunidades que bien supe dar, y que me lastimaron como quisieron.
Va dedicada a aquellas personas que están diariamente conmigo, siempre presentes. Les agradrezco todo.
Y de alguna manera, a aquellas que entrarán en mi vida.
¡Buenas noches a todos!

jueves, 24 de mayo de 2012

Extrañando

La espera me agotó, no sé nada de vos. Dejaste TANTO en mí.
En llamas me acosté en un lento degradé, supe que te perdí.
¿Qué otra cosa puedo hacer? Si no olvido moriré
y otro crimen quedará... sin resolver.


"A veces sin darnos cuenta bajamos el volumen interno y de repente empezamos a escuchar al corazón y a quienes están dentro de él"

domingo, 18 de marzo de 2012

Aquí y ahora

A mi familia:
Después de tanto tiempo de tristezas y demás, me di cuenta que a pesar de las adversidades tengo unas personitas hermosas que me sostienen antes de derrumbarme, o de levantarme en caso de que haya perdido las esperanzas, y eso me hace muy feliz. Me hace feliz cuidarlos, mimarlos y saber que puedo contar con ustedes.  Me hacen feliz hasta las más pequeñas cosas que provengan de ustedes, así sea una simple visita, un mensaje, el solo hecho de saber que se acuerdan de mí.
Tener esas reuniones peculiares, en donde solo nosotros entendemos el real significado de la diversión, el compañerismo y el respeto. Sentarnos a comer como si no hubiera un mañana. Nuestros chismes (que no son poca cosa) y reirnos por horas hasta ya no tener fuerzas ni para respirar, eso si que es genial.
Y no seremos la familia más grande del mundo, pero si puedo decir que (con defectos y virtudes) los amo por lo que son, honestos hasta la médula, amables, hospitalarios, fiesteros claro, y por sobre todas las cosas: BUENA GENTE.
Y aunque lamentablemente muchas de estas cualidades ya no se puedan encontrar en otras familias, me hace feliz que va a haber un lazo que nos unirá de por vida, y eso me llena de alegría el corazón.

Simplemente, los amo y ésta es mi humilde forma de demostrárselo a través de un blog.
(Por problemas técnicos no pude subir unas fotos, pero ya estarán próximamente)

viernes, 24 de febrero de 2012

Cansancio

Me gustaría saber-me desespera saber- que no soy la única mujer cansada de las desilusiones. No es por discriminar al género masculino, ni por ganas de ofender a alguien en especial, simplemente sentirme comprendida.  Es que en cierto modo, las mujeres somos de hacernos ilusiones en nuestra cabeza. ¿Será más sensibilidad? No lo creo.
Lo que si pienso es que una vez de habernos golpeado con ESA piedra, la mejor solución sería APRENDER de ese error. No volver a confiar en esa "piedra", ni siquiera pasarle por al lado. Mientras más nos podamos alejar de las cosas que nos afectan/afectaron en nuestra vida, muchísimo mejor vamos a estar.
Pero sucede a veces que uno no es lo suficientemente fuerte para soportar algunas cosas y ahí es cuando se derrumba.
Charlando de esto con muchas personas, coincidimos en que lo ideal para estas situaciones es "NUNCA ESPERAR NADA DE NADIE" y esa frase llevarla como escudo de batalla por la vida. Así evitaremos futuras desilusiones, llantos, tristezas, etc.